En pleno desierto Jorge Arenas desarrolla hidroponía tecnologizada para cultivar lechugas, tomates, melones y berenjenas, entre otros. También produce forraje verde hidropónico para alimentación de animales y ofrece cursos para difundir esta técnica. Además, pronto inaugurará el primer invernadero completamente tecnologizado y con energía solar del país. Asegura que, gracias al control con equipos Hanna Instruments de parámetros como T°, pH, CE, humedad y nutrientes N, P K y Ca, bajan los costos y logran más que triplicar la producción frente a los cultivos tradicionales.
Hace trece años el ingeniero electrónico y administrador de empresas, Jorge Arenas, decidió incursionar en la hidroponía. Le interesaba desarrollar el cultivo de vegetales en el norte grande donde la escasez de agua es la norma. De esta forma, comenzó a capacitarse primero a través de un curso entregado por la FAO, que completó con cuatro años de seminarios y talleres en la Universidad La Molina de Lima, Perú, y otros dos seminarios en México, impartidos por la reconocida experta Gloria Samperio, además de otro en la Universidad Adolfo Ibáñez en nuestro país.
Al mismo tiempo, se ha preocupado de realizar cursos para transferir estas técnicas en programas sociales (entre otros, Un techo para Chile) para el cultivo de autoconsumo y la generación de ingresos por la venta de excedentes. Así creó en Antofagasta el Centro de Investigaciones y Desarrollo Agrícola, con el apoyo de la Seremi de gobierno y de Sercotec.